En estos últimos 14 años en
Venezuela la llamada revolución bolivariana, no ha acostumbrado a vivir bajo el
dominio de lo absurdo, pues quienes lideraron dos golpes de Estado en 1992,
acusan a todos sus oponentes de golpistas, quienes ha saqueado la riqueza de
PDVSA, usan la moral como bandera, y quienes dominan a placer las instituciones
y leyes, hablan de injusticia y legalidad. Pues, bien todos esos ejemplos se
quedaron cortos luego de la decisión del Tribunal Supremo de Justicia, de dar
“continuidad” a un gobierno inexistente, y decretar como formalismo, la
juramentación de un Presidente electo en la fecha establecida por la
Constitución.
No hace falta ser jurista y
mucho menos constitucionalista, para entender que esa decisión no está acorde
ni con las leyes, ni siquiera con la simple lógica. ¿Cómo puede una persona que
no está en determinado sitio seguir presente? ¿Se puede continuar un gobierno
aun cuando se ha vencido el lapso establecido para ello? Y lo más grave aún,
para decretar la falta ya sea temporal y absoluta de un funcionario como el
Presidente, es él mismo quien debe hacerlo, dejando al país a su simple
interpretación.
Por ejemplo, si tú faltas al trabajo porque te
sientes mal, y tu jefe pasa por tu puesto y no te ve ¿estás presente o ausente?
Pues bien, el TSJ emitió un fallo donde este absurdo se hace realidad. El
ausente sigue presente, y siguen mandando a su placer. En pocas palabras, aquí
no ha pasado nada, y no importa nada la condición del Mandatario, a pesar de
que nadie sabe en realidad cual es esa condición. No obstante, tiene permiso
indefinido e indeterminado para volver, o mientras otros gobernarán por él,
hasta que sea necesario.
Es claro, que esa sentencia
no tiene que ver con lo legal y se adapta es a lo político, para solucionar un
problema interno del partido de gobierno, que no haya como suplantar a su “Mesías”
ese que nos han dicho por 14 años que es indispensable, único, vital y
trascendental, ese a quien nos vendieron como irremplazable y guía total del
proceso actual. Por eso, sus vasallos no tienen como justificar que mandarán
sin el iluminado, pues se creyeron por 14 años su papel de simples “mirones de
palo” en un gobierno unipersonal.
El tiempo es indetenible, y
a pesar de la “ayudaita” que el TSJ le brindo a sus panas del PSUV no podrán
evitar lo que pronto ocurrirá y se sabrá en Venezuela.
Lcdo en Comunicación social
Jefe de información de la Agencia
Carabobeña de Noticias
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