Para
nadie es un secreto que la sentencia emanada de la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia es un veredicto que no se corresponde con el principio de
legalidad de este máximo órgano garante del cumplimiento de la ley. Pero ¿Por qué
nos extrañamos ante esta descara respuesta? Los que nos quemamos las pestañas
indagando y dándole significado a lo que por norma suprema estipula la
Constitución Nacional del año 1999 estamos conscientes de que nuestro poder
público está dirigido por personas que no sirven al Estado y por ende al
pueblo, si no que están en vigilia indefinida para salvaguardarle el puesto al
ciudadano presidente reelecto Hugo Chávez Frías. En este sentido, continuamos
siendo testigos de eventos arbitrarios y discordantes al marco legal por no
estar expresamente fijados en nuestro máximo estatuto jurídico, donde cada
línea recibe una interpretación congruente al pensamiento político de quienes
dirigen nuestro país y deberían condenar ilegalidades. ¿De qué garantía estamos
hablando? Cuando nuestros poderes están concentrados en la decisión de una sola
persona, si descaradamente servidores del Estado venezolano vociferan que están con el proceso ideológico del
presidente, ¿Se podrán emitir sentencias y dictar leyes cuando no existe
garantía de que éstas satisfagan las verdaderas necesidades merecedoras de
protección para todos los venezolanos por igual? Es por ello que en este blog
intentamos abrir una ventana más allá de nuestras fronteras para revelar, en un
conglomerado informativo y de opinión, lo que en Venezuela sucede con nuestros
legisladores ante el constante atropello a nuestra ley por conveniencias
particulares. Nuestra intención es que se sepa que todavía existe gente que
lucha por este país, por el ideal bolivariano y que de ninguna manera apoyamos
los sucesos que le dan continuidad administrativa a un vicepresidente
ejecutivo, ni a un gabinete ministerial, no por ser caprichosos, sino porque
eso no es constitucional y por lo tanto, no es legal.
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